domingo, 6 de septiembre de 2009

Ella

Ella era una rosa embrujada en una urna de cristal.
Delicada y venenosa.
Tierna y espinosa.
Dulce y roja.

Un día alguien rompió su urna
llevado por su embrujo.
Intentó cogerla.
Le clavó una espina
y se empezó a marchitar.

Rodeada de filos cristalinos
sus tiernos brotes iban cargándose de veneno
Por miedo a vivir sin su urna.
Sin su coraza.
Sin su embrujo.

Por miedo...

Muchos mortales quisieron poseerla,
ella era roja intensa,
pero su veneno terminaba por asustarles.
Cada nueva huida era un pétalo marchito.
Un cristal se clavaba en la rosa por cada espina que regalaba.

El intenso rojo sangre tornó granate
y el perfume que emanaba fue perdiendo embrujo.

Perdiendo...

Ya no era tierna, era vítrea;
más frágil, más fría,
más venenosa...

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