viernes, 29 de julio de 2011

La impotencia del azul


Tengo arena en los zapatos.
Es lo que queda de un día mirando al mar.
Sintiendo la brisa en la cara
mientras los recuerdos arrancaban lágrimas nostálgicas.

Ni siquiera me he podido acercar a la orilla.
Me quería bañar, pero era imposible.
Otro deseo imposible en la lista,
otra oportunidad perdida.

El mar llenaba mis ojos, pero no podía tocarlo.
Sólo lo sentía, lo sentía cerca.
Su olor, su sonido, su color...
Sólo me faltaba su tacto.
Sus olas enfurecidas y sus frías caricias
que siempre me han mecido, tranquilizado.

Los baños en el azul son sólo recuerdos.
Salados recuerdos que casi me ahogan,
dejando una sonrisa amarga cuando se van.
Una angustiosa sensación por no poder tocar el mar...
pero seguir con arena en los zapatos.