viernes, 31 de diciembre de 2010

Hoy quisiera...

Hoy quisiera que mañana no llegara.
Hoy quisiera que el ayer no me abrasara.
Hoy quisiera que tu piel me despertara.
Hoy quisiera que el miedo me abandonara.

Somos siempre capricho del tiempo.
Variable inexorable entre los horizontes.
Espacios alejados que se mezclan.
Serenidad turbia en esta espera.

Momentos de intensidad que desconciertan.
Nervios ante aquello que no llega.
Instantes efímeros escondidos en la noche.
Demasiadas heridas para sellar con broches.

Hoy quisiera alejar a los fantasmas.
Hoy quisiera retener las alegrías.
Hoy quisiera provocarte las sonrisas.
Hoy quisiera conseguir que no pensaras.

Suéñame y no te despiertes,
porque hoy quisiera sentirte por siempre.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Burbujas

Hoy la mujer de hojalata quiere contarte un cuento.

Había una vez una niña que quiso ser grande. Una adulta que quiso ser pequeña. Y un montón de burbujas de jabón. En este mundo de pompas vivían descontentas las dos.

La adulta soñaba con cada burbuja. Las veía elevarse e imaginaba mil destinos y aventuras en sus viajes. Admiraba la belleza de sus reflejos mientras se elevaban etéreas y frágiles, hacia el cielo.

La niña las perseguía y las hacía explotar. Estaba cansada de sueños infantiles, de juegos vacíos. Vacíos como las pompas que reventaba. ¿Qué sentido tenían? Eran el entretenimiento de los niños, y ella no era ninguna niña a la que se le pudiera engañar con falsas ilusiones, con hermosas esferas que desaparecían al mínimo bache.
Lo que una intentaba conservar a toda costa, la otra lo destruía.

A veces damos mucha importancia a burbujas bonitas, pero volátiles y huecas. Otras desconfiamos de las cosas bellas por miedo a que se desvanezcan.

Pero hay pompas que duran un poco más. Que llegan al infinito.

Y si no las hay...no importa, porque niña y adulta viven en un mundo de burbujas de jabón, de miles y miles de pompas.
Para ilusionarse... o para hacer estallar.