viernes, 18 de diciembre de 2009

"Un cordiale fanculo ad un altro Natale"

El frío me corta la cara y las manos dejando pequeñas heridas en mi piel. Pero pese al frío me sigo desnudando en mi pequeña laguna de soledad...

Se acercan las Navidades y en estos días acostumbro a estar algo melancólica...o más bien, nostálgica. Pero creo que cada año que pasa me endurezco más y no sé hasta qué punto es bueno...
Cada vez me acuerdo menos de cuando la Navidad era mágica. Del olor a leña cuando íbamos a Fabara con los yayos a cantar villancicos alrededor del Belén y pegábamos con fueza al "tronc de Nadal" que "cagaba" regalos todas las Nochebuenas. Cuando por Nochevieja mi casa se llenaba de tíos y primos y celebrábamos el aniversario de mis abuelos jugando hasta las mil. Cuando la noche de Reyes era la más mágica de todas y disfrutábamos de la cabalgata de Pradejón en la que repartían regalos, uno por uno, a todos los niños del pueblo. Cuando no había que estar dividiéndose entre papá y mamá, Zaragoza, Pradejón, Galilea... Cuando no hacía falta fingir. Cuando había más sonrisas que lágrimas y estos días significaban algo más que un simple paripé...
Yo misma les he quitado ese significado a las Navidades. Para mí ya no son nada especial, y cada año ese hecho resulta menos doloroso. Son sólo días de vacaciones en los que como demasiado... Y así está bien.

De vuelta

Más de un mes sin escribir... tanto viaje y el ordenador muerto tendrá algo que ver...
Resumiendo, volví de Chipre con el corazón curado pero el pie dolorido. Con ganas de retomar contacto con mi pueblo pero sin tiempo de hacerlo. Llena de buenos propósitos pero sin capacidad física para cumplirlos...¡¡Estoy harta de las muletas!!
Poco después volví a Italia unos días. Pasta, pizza y algún inesperado reencuentro con viejos amigos, amores y desamores...
Y ahora otra vez aquí, más serena de lo esperado, con una pila de libros y apuntes esperando a que me decida a abrirlos...
Todos los diciembres se parecen, supongo.