jueves, 28 de mayo de 2009

Un nuevo día

Salió de noche rumbo a la aurora. En busca de un destello. En busca de un momento. Siguiendo paso tras paso las huellas indelebles de los que perecieron en el intento.

Pensó en abandonar. Pero consiguió quitarse el manto opaco de la cobardía, y seguir por lo menos hasta la última encrucijada. Soportando el sudor frío que manaba de la lucha entre su determinación y sus temblorosas piernas.

Sólo un poco más.

Abrumado con cada nueva alma que poblaba el camino, no sabía distinguir la realidad, enajenado como estaba por fantasmas venidos de otro tiempo, de otra vida; pero que sin embargo campaban a sus anchas en su atribulada mente. Tenía la voluntad nublada, el deseo atrofiado, la mirada adormecida por el traqueteo de sus frágiles apoyos ruinosos amenazando a cada zancada con derrumbarse...

-¡Falta poco para el alba! -escuchó.

¿Quién lo dijo? No lo sabía muy bien pero avanzó en busca de esa voz. Ese susurro que le salvaría al amanecer.

Comenzó un nuevo día.
- Vida,no apagues tu canto.- le rogó.
No hubo más noches.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Hacerse mayor...

Odio cuando me doy cuenta de que me estoy haciendo mayor...
Cuando tengo reacciones cascarrabias típicas de agüelo de 70.

Ayer me pasó en la biblioteca.
Resulta que a medida que uno se hace mayor empieza a usar las bibliotecas como es debido. Es decir, va allí a consultar sus fondos, y a estudiar.

Así que como venía diciendo ayer fui toda dispuesta a la biblioteca de Humanidades, la que me corresponde por derecho, a hacer un trabajo sobre protohistoria, para el cual necesito bibliografía de la susodicha biblioteca. Llegué al lugar hacia las 16:00 de la tarde y como ya me imaginaba, una amplia mayoría de sitios estaban ocupados por una media de tres folios y nadie leyéndolos.
Existe la norma no escrita de que si yo dejo tres folios en un lugar, ese lugar es "mío" y me corresponde. Yo siempre la he respetado porque reconozco que es una putada irte una hora a comer, volver a la biblioteca y no tener sitio. Pero, y aquí llega mi "cascarrabiez", esa norma te toca bastante la moral cuando llegas a TU biblioteca y no tienes ni un triste sitio para hacer un trabajo para el cual necesitas libros de esa biblioteca. Y más aún si te empiezas a fijar y la mayoría de los folios que ocupan los sitios son de derecho, economía, ingeniería y medicina...facultades que tienen sus propias bibliotecas.
El cabreo empieza a ampliarse cuando milagrosamente encuentras un único sitio escondido entre apuntes de derecho sin dueño, te sientas y empezas a ver pasar las horas sin que esos sitios los ocupe nadie más que un puñado de hojas de papel... Hacia las 17:30 llega por fin un grupito de chicas pijas muy perfumadas y sonrientes que no dejan de cuchichear en toda la hora que han estado ¿estudiando?
A las 18:30 una procesión de tacones y risitas desfila por delante tuyo porque van a hacer un "descanso".
Descanso el que tú tienes que por fin puedes leer un párrafo seguido sin que un susurro te interrumpa.
Hacia las 19:30 la misma procesión de tacones... Ahora decides tú que es el momento de descansar. Un pis, un poco de agua y una llamda telefónica. 20 minutos más tarde vuelves a tus estudios protohistóricos entre dudas sobre derecho internacional privado.
A las 20:30 empiezan a recoger. ¡Por fin se largan!-piensas-.
Así que para dos horas efectivas de estudio, estas chicas han tenido cinco sitios en MI biblioteca ocupados desde que se fueron a comer hacia las 13:30.

Quizá me esté volviendo una vieja intransigente y ya no me acuerde de los tiempos en que a la biblioteca se iba a pasar la tarde. Pero cada vez me cabrea más la gente que no se da cuenta de que algunos necesitamos esa biblioteca y no otra, y vamos allí para trabajar. Para pasar la tarde que se vayan de compras o a echar un café. Pero por favor, ¡¡¡retiren sus folios de nuestra biblioteca!!!

Decisiones

A veces querría una bola de cristal que lo volviera todo transparente. Claro. Fácil.
Sé que no existe.
Pero nunca me cansaré de mirarla...
De imaginar... sueños casi siempre rotos. Quizá por no creer en ellos lo bastante. Quizá por confundir un simple reflejo irisado con un futuro verde esperanza.
Quizá porque me perdía en aquel mar de sueños al que me llevaron tus ojos. O porque me olvidé de mí en la oscuridad de los mios.
Probablemente mis fantasías sean demasiado laberínticas como para que nadie pueda orientarse en ellas.
A veces ni yo misma.
Pero sigo frente a mi bola elucubrando destinos. Rompiendo cántaros antes de llegar a la fuente.
Recopilando pedazos cortantes que siembran mi coraza.