miércoles, 3 de octubre de 2012

En el tren

Y da igual un autobús que un avión...
Hoy es el turno del tren y con su traqueteo me mezco...
Y en este duermevela me golpean pensamientos itinerantes, que vienen y van, como yo, dejando una sensación extraña, una sensación de inseguridad, de miedo.

Miedo al futuro. Al futuro en todos sus aspectos, aunque al profesional ya estoy acostumbrada.

A veces creo que no te conozco, otras que no te entiendo, las más que no me entiendes y sin embargo te quiero.
Te quiero demasiado como para irme cuando sé que es lo que debería hacer.
Te añoro demasiado si me alejo porque necesito tus abrazos para dormir y tus besos para seguir adelante.
Pero cuando te siento lejos aunque estés tocándome, cuando te noto frío aunque estés a mi lado...
Entonces tiemblo. Y vuelve el mismo dolor de un año atrás, y tornan recuerdos amargos que quisiera ahogar.
Pero están.
Aunque cuando miro tus ojos, sé que se irán.

martes, 10 de julio de 2012

La sonrisa de un corazón de hojalata

Y sentada en una terraza un niño hacía pompas de jabón...
Y recordé a la adulta que las perseguía y a la niña que las reventaba en aquel cuento que narró la mujer de hojalata.

Y ahí estaba yo: ni niña ni adulta.

Cuando todas las burbujas explotan sin que tú puedas evitarlo poco se puede hacer. Ni ir a por ellas para deshacerlas, ni soñar con que duren...

Dejan de existir y no sabes hacia dónde mirar. Es como morir un poco.

Pero aquel día las ví. Recordé que podrían volver. Que aún quedaban niños que soplaban por un aro y creaban belleza de forma simple, casi casual, aunque yo no pudiera sentirla todavía.



Hoy tu mirada ha llegado más profundo. Ha sido como si tus ojos me atravesaran y me golpeasen el corazón, obligándolo a volver a latir.
Hoy has forzado a un corazón desganado a volver a hacer pompas.

Y hoy esa belleza, aunque sea efímera, me arranca una sonrisa. Porque pese a que quizá dure sólo unas horas, un día, un instante, en ese momento el mundo estaba lleno de burbujas relucientes.


jueves, 14 de junio de 2012

6-6-2012 Cartas desde Posidonia

Y como no tengo nada mejor que hacer, me siento a observar lo que hoy son sólo ruinas de una majestuosa ciudad.
Y pienso en las ruinas de quien hoy está lejos.
Y sueño con los antiguos en una atardecer como este. En el bullicio de una ciudad viva.

Una ciudad por la que lucharon unos tras otros griegos, lucanos romanos...hasta llegar a la ruina.
Unos restos que todavía hoy deslumbran. Que nos hacen añorar aquello que fue...sin pensar en que su ocaso llegó por algo.
Unos vestigios que nos recuerdan que lo nuevo desbanca a lo viejo. Que las civilizaciones que más alto llegan son las que más profundo caen.
Que lo imponente de sus obras no puede ocultar el hecho de la decadencia y el olvido.

Pero yo sigo intentando imaginar la ciudad, las personas que sentirían el mismo sol y la misma brisa en la cara que siento yo ahora... La misma angustia ante el declive de su mundo. La misma ausencia de sus seres queridos; la misma preocupación por procurarles sustento...
Al final eran humanos, como nosotros.

Hoy pienso en un amigo que me necesita; hoy siento que estoy en un sueño del que despertaré trabajando en Mc Donalds con suerte; hoy añoro tus abrazos, tus intentos de darme fuerza...

Hoy me siento griega, romana, lucana,
soñando con lo que fue...
y con lo que le gustaría que fuera...

miércoles, 23 de mayo de 2012

Tiempos de crisis

Hace días que no vengo por mi laguna.
La semana pasada escribí algo que dejé a medias.
Hoy lo releo y no me parece tan horrible... Aunque no sé si tiene mucho sentido transcribirlo cuando ya no me siento así.

Llevo una temporada que me cuesta escribir.
En verdad me cuesta casi todo.
Me resulta difícil entenderme últimamente. Y siento que ya no distingo bien entre lo que percibo y lo que es.

Es complicado de explicar. A veces me siento poco querida y otras pienso que lo que ocurre es que cada vez me quiero menos yo...

Y la solución sería ponerme a hacer cosas que me resulten útiles, o entretenidas, o que me devuelvan la ilusión... Pero no es fácil.

No es fácil organizarse conviviendo con quien convivo. Ni tampoco lo es ocupar el tiempo con actividades que terminan suponiendo un coste cuando yo no genero ningún beneficio. Es complicado hacer cosas que me podrían apetecer...estando sola.

Me vence la inercia y se me echan encima los sentimientos de culpa.
Me gustaría que me valorasen más pero al mismo tiempo ni yo misma me valoro.

Sería el momento de empezar a hacer algo por mí misma...pero no sé ni por dónde empezar.

Hubo un tiempo en que tuve sueños... En los que creía que tenía mucha imaginación. En los que me veía de escritora, pintora o política...y hasta arqueóloga (en qué hora). Hubo un tiempo en que las cosas me producían curiosidad...

Supongo que ahora también la tengo pero ignoro de qué sirve. No sé de qué sirve la inteligencia o el análisis en esta sociedad, ni tampoco los sueños ni la imaginación cuando no sabes cómo emplearlas de manera productiva, de manera que generen dinero.

Intentan por todas partes convencernos de que el modelo a seguir es uno que desprecio... Que siempre me ha parecido ruin. Pero al mismo tiempo el no seguirlo me hace sentir fracasada...

A mi... a esa niña que tanto prometía... Y que simplemente le ha vencido el mundo.

Supongo que nada es como yo esperaba...

Pero cuando acaba el día no tiene sentido preocuparse por lo que no ocurrió. Vale más atar fuerte esos instantes de felicidad o belleza que has podido observar o vivir.

El otro día fui capaz de hacerlo...de apreciarlos y atarlos fuerte...(ya os lo contaré en otra entrada, de eso iba lo que escribí). Pero hay días en los que no hay ninguno... Y sólo quieres que terminen pronto a ver si al día siguiente encuentras algo que te haga sonreír. Que te haga mantener la esperanza.

Una vez creí que el amor todo lo podía... Pero cada vez creo menos en eso. Quise creer que si mi micromundo iba bien podría refugiarme en él y hacer frente a cualquier cosa... Pero no es tan fácil.
La vida no es como las películas... Y nadie tiene la culpa de eso...

Odio ser tan llorona...pero supongo que de eso se nutre mi laguna: de mis lágrimas.
Y así está bien mientras sirva de catarsis.

jueves, 12 de abril de 2012

Un año

Y ahora me parece lejana esta mañana en la que tu mirada me derretía.
En la que un te quiero luchaba por salir y yo por retenerlo.
En la que ha costado escapar de la cama...aunque mucho menos que días atrás.

Un detalle más...

Tus ojos resplandecían al rozarme y yo quería detener el tiempo...
Porque tiemblo al mirar más allá.
Tiemblo con cada sacudida del azul que se desmorona ante mis pies.

Pero alzo la cabeza al cielo...
y estamos en él, piel contra piel.
Y siempre concluyo: Carpe Diem.


Ahora ya no sé si basta.
Si el desasosiego y las dudas terminarán por vencer.
Ya se hace larga la lucha...y la felicidad parece remota todavía.
Aunque la sienta fugaz cada vez que me hundo en tu mirada...
Desgasta saber que sólo será real cuando sea compartida. Y esa duda mata.

Pero me acuerdo del mar, de los dibujos, de las canciones, del vino, de la lluvia, de Madrid, de tus bromas, de las risas, los juegos, de tu curiosidad, de tus besos, tus caricias, tus ojos, tus abrazos, de las palabras bonitas y ese lado tierno que me mostraste un día...

Y de las lágrimas...
también de las lágrimas...de las ausencias...de los rechazos, los reproches y las mentiras...

Será que hace un año de algunas cosas...y los aniversarios me ponen pensativa y melancólica.

Pese a todo mi supuesto pesimismo y orgullo,
suelo intentar dar más peso y valor a lo bueno, y suelo ser incapaz de dejarme llevar por el orgullo cuando los sentimientos son contrarios a él...
Para bien o para mal...soy así.
Pero no quiero atravesar un muro a cabezazos...ya me he hecho heridas, y a veces sangran. Preferiría simplemente que la puerta se abriera...

miércoles, 21 de marzo de 2012

Buenas noches primavera

Y la primavera me dio las buenas noches con lluvia...
y me acunaba el chisporroteo de las gotas mientras me arrancabas el frío con tu abrazo.
Y creí estar soñando.

Y en ese duermevela un vecino roncó,
y rompió la magia...:)

Y me acordé de lo que dijiste: "no es normal".
Y me acordé de lo que te dije: "no lo sé".

La normalidad se esfuma cada vez que me miras,
cada vez que tus labios me acarician.
Cada vez que enrosco tus rizos y te escucho respirar.

No me importa si es normal.

Para mí es un universo inexplorado, movedizo, divertido y tenebroso.
Una parte de mí tan desconocida...como atractiva.
Pero que me vuelve insegura ante la mínima duda.
No sé qué piensas que soy...ni qué piensas que somos...

Pero me acuerdo del sonido de la lluvia y me estremezco de paz.
Sonrío. No me importa si es normal.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Flor cansada

Cansancio...
Cansancio de no palpar tu caricia,
de no llamar tu atención,
de no sentirme importante...

¿Son todas la flores iguales?
Yo me siento marchitar, esperando a que la abeja se quede.
Ese zumbido constante, hipnotizador, cercano...
Ese estar y no estar.

Quizá fuera mejor confiar en la libélula o la mariposa...

Pero yo no quiero libélulas ni mariposas,
porque sé que de mi polen la abeja podría obtener la mejor miel...
Si quisiera, si un día dejara de zumbar de flor en flor,
y se sumergiera por fin en mis colores...

que se enfrían día a día.

jueves, 8 de marzo de 2012

Ciega

Hace mucho que no escribo...
No tengo mucha inspiración poética últimamente y si me meto en cuestiones políticas no pararía...
Miro hacia adelante y tiemblo...
Tiemblo porque no te veo, tiemblo porque no veo salida, tiemblo porque no sé hacia dónde ir.
Me siento ciega.

¿Existe futuro? No lo veo.

Seguramente mi futuro se lo han gastado una panda de corruptos. Seguramente mi futuro lo estén apostando cada día gente que no sabe ni qué hacer con su dinero en los grandes casinos que son las bolsas internacionales. Especulando con una deuda que contrajeron unos políticos a los que ni tan siquiera voté para salvar a unos bancos que no me darán jamás un céntimo porque nunca voy a conseguir un trabajo estable...

Por eso tiemblo...

Y sé que así me quieren. Temblorosa, temerosa, pacífica...

Algún día sacaré la rabia...no sé hacia qué dirección ni de qué manera. Pero sé que el día que la canalice, seré imparable.

jueves, 9 de febrero de 2012

Anhelando mi momento... obligada a improvisar

Y hoy es un día de tantos de esos en los que sientes que otra etapa se cierra...
Adiós Madrid, adiós.

No he conseguido hacerme a esta ciudad...
Tiene gente amable, muchísima oferta cultural, está muy viva...pero yo no he conseguido adaptarme.
Será que me he vuelto un animal de costumbres. Será que los últimos años me han transformado. Será que las últimas personas que llegaron a mi vida y otras que se fueron también lo han hecho. Será que estoy cansada de no reconocer ni reconocerme en los espacios.
Me gusta controlar las variables. Madrid es demasiado grande. Me gusta saber dónde voy y lo que puedo encontrar ahí. Para sorprenderme ya viajaré de manera puntual, pero en el día a día, me gusta más sentir los ambientes como "míos". Encontrar de vez en cuando caras conocidas y poder disfrutar de las pequeñas cosas de Zaragoza que siempre que he estado lejos he echado de menos.
Madrid es un mar de oportunidades efímeras...porque es un río de personas que están "de paso". Erasmus, prácticas, trabajo...en el fondo casi todos los que llegan, lo hacen con idea de "regresar", aunque al final muchos se queden en la capital. Yo llevo una vida encadenando relaciones "pasajeras" de todo tipo: de amistad, laborales, amorosas... y eso al final cansa. Encontrar una "estabilidad" no es fácil, y que ésta nos satisfaga roza el imposible.

Hasta el año pasado nunca me había planteado mi vida. Era una improvisación continua. Nunca me planteaba qué pasaría más allá. Qué esperaba de la vida. Cómo me gustaría que fuese...
No sé si fue la edad, o los acontecimientos lo que me hicieron intentar ver las cosas con otra perspectiva... Y hoy, que creo tener claro lo que quiero, siento que ya no sé volver a mi estado de improvisación.
Algunos considerarán esto como un paso más hacia la madurez, supongo. Está bien tener unos objetivos e intentar alcanzarlos.
Pero la cruz de esta moneda es que si las cosas no salen como a uno le gustaría...las decepciones son más grandes. Y no siempre podemos controlar todos los parámetros para que las cosas salgan como queremos. Ni en el terreno profesional, ni mucho menos en el sentimental. Menos todavía cuando a lo mejor exigimos demasiado.

Así que a veces añoro mi etapa de improvisación. Porque con la situación actual me ayudaría a no decepcionarme. Iría viviendo al día sin importarme lo que pasaría después...y así no me impacientaría, ni me desilusionaría cada vez que me responden que mi perfil encaja "perfectamente" pero que no hay dinero para contratarme. Que creen que me querrán en un futuro...

En un futuro...

Por lo que se ve, este no es mi momento... Pero me canso de esperar a que llegue, porque empiezo a dudar de si llegará algún día...

miércoles, 25 de enero de 2012

Y sigo...

Y dudo si seguir o parar.
Si fiarme del instinto o de la razón.
Si pensar o dormir.
Si aguantar o estallar.

Y siento que o explota todo o exploto yo.
Pero tanta energía se queda en un susurro ahogado.
Implosiono sin que nadie vea más que un pequeño sonrojo.

Y sigo...

Que la inercia me mezca.
Dormida no veo, ni siento, ni pienso...
Sólo van pasando días.
Sin ver más allá.
La bola de cristal es opaca cuando todos los cimientos tiemblan.

Pero sigo...

Y sigo...

Como hacemos todos...supongo.