miércoles, 15 de octubre de 2008

De crisis y Pilares

Hace ya un mes y pico que no paro de oír crisis, crisis, crisis a todas horas y por todas partes. Tanto, que hasta yo, un despojo del sistema que aún no ve peligrar para nada el árbol al que parasita, me puse nerviosa. Y es que ya se sabe que no hay nada peor como sentirse inseguro para que todo te vaya mal.
Yo creo que esto también le pasa a los países, y en este momento al mundo entero. Tanto hablar de la crisis pienso que sólo consigue alimentarla más.
De hecho no hace ni una semana que terminaron las fiestas del Pilar. Unas fiestas que donde más se notan es en el bolsillo puesto que baratas baratas, no son. Pues bien, entre que no oí ni leí las noticias en una semana y que fueses donde fueses estaba plagado de gente derrochando, me pregunté: ¿crisis? ¿qué crisis?
Bien, bien, sabemos que haberla hayla, no nos pasemos de listos. Pero anda que no les viene bien a todas las sanguijuelas que crearon esta mierda en la que nos han metido que encima les paguemos cantidades ingentes de dinero por ello.
Menuda antítesis absurda. Nos engañan a todos, nos roban a todos, nos llevan a una situación que nadie sabe en qué desembocará y encima les damos dinero para apañarlo...
Lo mejor de todo es que la gente está adormecida. Hace ya mucho tiempo pensé que este mundo necesitaba una revolución ideológica. Carecía de sentido seguir hablando en términos de derechas y de izquierdas, de comunismo o de anarquismo. Aquellas ideas surgieron hace unos dos siglos en unas condiciones totalmente diferentes a las actuales. Sólo el capitalismo sobrevivía pero todos teníamos la sensación de que reventaría por alguna parte. Ahora somos mentes dormidas y nadie ha creado una ideología esperanzadora. Una ilusión o creencia capaz de mover al unísono al mundo.
¿Es el precio de demasiados desengaños a lo largo de la historia?
No lo sé. Yo misma he llegado a pensar muchas veces que por muy buena que sea una idea tendrá un lado oscuro. El hombre es egoísta por naturaleza.
Pero el problema aquí es que nadie lo intenta. Que nos han metido en la cabeza que es imposible cambiar el mundo. Que llevan décadas potenciando el individualismo, la ambición individual. Potenciando el "utilitarismo" con la diosa ECONOMÍA como único baremo que juzga lo que es útil o lo que no lo es. Pensar no es útil para el sistema. Sólo producir. Sólo consumir.
A tal punto se ha llegado, que hoy es la sociedad la que reclama una Universidad más enfocada hacia el mundo laboral. Señores, a trabajar se aprende trabajando. ¿O alguien me va a decir que cuando le sueltan a buscar un empleo, nada más salir de su universidad, de su bachillerato o de su FP, ya lo sabe realizar? Pues yo creo que no. Yo reclamo una universidad que te obligue a pensar libremente, a plantearte cuestiones y a ser un individuo consciente más allá de una marioneta que produce y consume.
¿Que a qué viene esto?
Pues no lo sé muy bien. Supongo que cuando una sociedad crea un sistema que sólo quiere borregos es porque en el fondo la sociedad es borrega en sí misma.
Y en ese caso no sé de qué me sorprendo cuando llega una crisis suficientemente gorda como para poner en tela de juicio un sistema plagado de contradicciones y de absurdos que le parecerían de tontos hasta al más primitivo prehistórico, y no somos capaces de replantearnos las normas de que nos hemos dotado. No somos capaces de investigar nuevos sistemas, nuevas ideas, nuevas respuestas. Preferimos poner un parche a un barco destartalado que plantearnos construir un barco mejor.
Pues bien.
Mientras siga habiendo fiestas del Pilar que me permitan olvidarme de esto, yo, como la mayoría, seré un borrego feliz en su ignorancia.

Lagartija lunática

La lagartija va trepando entre espirales de colores.
Ascendiendo por la ladera de la pirámide que lleva a la Luna.
Pero hoy la luna está cerrada porque está muy ocupada eclipsando al sol. Harta de sentirse cegada por su luminosidad, hoy quiso hacerse notar.


Sólo la pobre lagartija confundió la luz crepuscular del eclipse con el paso de una tenebrosa nube. Pues ni tan siquiera las tinieblas le hicieron levantar la vista del suelo en su afán de culminar la cumbre y conseguir la ciudadanía selenita.

martes, 14 de octubre de 2008

Vacío

Vacío.
Un estado extraño que se apodera de todo llenándolo de nada.
Una estructura de madera carcomida plagada de agujeros, cada vez más grandes.
Huecos amenazando la estabilidad. Fachada sonriente que cubre espacios desocupados, inhabitados, abandonados, desiertos.
Alma polvorienta. Telarañas en mi cerebro. Corazón vacuo.

Gélida

La flor marchita lloraba rocío.
Frío.
Frío escarcha, frío hielo
que en tus labios siento.
Labios morados de luna sin cielo,
hoy la apago. Hoy me muero,
me congelo, me marchito, me entumezco
entre la escarcha, entre tu hielo
rociado por mis lágrimas en el opaco cielo.