martes, 5 de enero de 2010

Corazones inútiles

Desempolvando la vajilla de las grandes ocasiones me di cuenta de que se usa poco...como el corazón. Da pereza sacar algo tan valioso de la alacena. Algo que luego habrá que limpiar y volver a recoger en un armario nada más usarlo para que vuelva a ser pasto de los ácaros. Cada vez que la empleas, alguna copa, plato o bandeja se rompe, y al final te da tanta pena que optas por no moverla de la estantería... Convirtiéndose en una pieza de museo, que se mira pero no se toca, que por intentar conservarla la relegas a la inutilidad...
¿Qué pasaría si sacáramos los corazones de las vitrinas? ¿Si fuesen de uso cotidiano? ¿Si nunca hubiera que desempolvarlos porque los emplearíamos y tocaríamos todos los comensales día sí y día también?
Quizá así dejasen de ser un artículo de lujo...y la calidad sería la norma habitual.

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