lunes, 2 de noviembre de 2009

El desierto olvidado


Ojos fervientes y profundos.
Rabia y dolor combatiendo la esperanza, alimentando el orgullo de un pueblo que mantiene sus anhelos.
Golpes contra gritos lanzados al vacío de un mundo ensordecido.
Mundo de países cobardes y opresores.
¿Se puede vencer de forma pacífica?
Desesperación de un pueblo sin Estado.
Perdido en un limbo burocrático.
Que agota su paciencia mientras los culpables de su situación sorteamos un problema enquistado.
Evadimos nuestra directa responsabilidad del sufrimiento causado por nuestra ineptitud.

Seguro que los mandamases no han visto sus ojos...
No se han escalofriado con sus magulladuras de porras marroquíes.No han escuchado las sensatas voces exigiendo soluciones, exigiendo justicia para con un territorio borrado de la agenda internacional.
Demasiados intereses en conflicto...


Francia y EEUU apoyan a un Marruecos que se niega a ceder un ápice sobre la independencia del Sahara...Y España sigue eludiendo su papel en todo este lío que ella misma montó por una descolonización chapucera...¿Cobardía o razón de Estado? ¿Mejor ser justos o ser pragmáticos? ¿Qué les exigimos a nuestros gobernantes? Que actúen con justicia y en favor de la dignidad de una gente absolutamente desamparada que tienen derecho a un referéndum de autodeterminación, que ven pisoteados sus derechos más básicos día sí y día también; o que no se enemisten con dos países fronterizos con los que las políticas antiterroristas y de inmigración (por no hablar de las pesqueras, agrícolas, etc, etc.) deben ser por fuerza consensuadas? ¿Cuál es la política adecuada?
Quizá a los gobiernos les falte valentía...
Pero quizá la tuvieran si la población supiera de este tema, debatiera sobre este tema, y se posicionara a favor de un Sahara libre...
Lo bueno o malo de la democracia es que los gobiernos dependen de la opinión pública. Y eso a día de hoy, sólo está en manos de los medios de comunicación.
Unos medios que se ocupan poco de un tema que a los gobiernos no les interesa airear...

Pero fue gracias a un grupo de periodistas que yo pude saber algo del vergonzoso papel que desempeñan las fuerzas de paz de la ONU, que rinden pleitesía a los intereses marroquíes, más pendientes de su propia seguridad que de la de aquellos a quienes deberían proteger: los saharauis.

Así que supongo que en todo esto, como en casi todo lo que pasa en este mundo: TODOS SOMOS RESPONSABLES. Por no conocer, por cerrar los ojos, por dar la espalda, por no preocuparnos más que de lo que ocurre en nuestro círculo más cercano, por no ser conscientes de nuestra fuerza y por no querer exigir a nuestro país que solucione este asunto que lleva pendiente demasiado tiempo...

Pero sí, probablemente yo, más allá de esta torpe entrada, no haga nada, y siga más preocupada por si mi pie evoluciona, que por las torturas que se producen a diario en las cárceles de ese país paradigma del islamismo moderado...

¡Qué triste!

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